Perfiles de Movement Makers: Jennicet Gutiérrez
Jennicet Gutiérrez es una inmigrante latina transgénero procedente de Tuxpan, Jalisco. Es organizadora nacional de Familia: Trans Queer Liberation Movement (TQLM), una organización de base transgénero, queer, latine e inmigrante a nivel nacional que se organiza alrededor de las intersecciones de los derechos transgénero y queer, y la justicia racial y para migrantes.
¿Quiénes son tu gente?
Mi gente son la comunidad latinx LGBTQ, mis hermanas trans inmigrantes, la comunidad transgénero y no conforme. En general, una comunidad que está organizándose, que está alzando la voz con más frecuencia que nunca. Ser parte de esta comunidad tan fuerte, a pesar de todos los retos, es con la que me siento conectada y parte de ser una miembra de la comunidad que mencioné.
¿Qué te trajo a este movimiento?
Lo que me trajo al movimiento de justicia fue injusticias personales que estaba viviendo, injusticias sistemáticas, injusticias inhumanas que tuve que vivir. Siempre pienso que yo soñaba y todavía sueño con ser una bailarina, ser una coreógrafa, hacer arte, pero las injusticias que viví al yo identificarme como mujer trans, desde los tres años, impidió esto.
Ahorita, los ataques en contra de la comunidad trans, especialmente los jóvenes que quieren dictar acceso a salud. Me pongo yo, ¿cómo es justo que una persona sepa más que uno, quién es uno? Esas injusticias son las que me inclinaron al movimiento, me unieron a un movimiento de resistencia, de poder y aquí estamos para seguir luchando.
¿Qué aspectos de tu trabajo en el movimiento te traen alegría?
Es un trabajo obviamente complejo, difícil, que requiere mucha dedicación, mucha pasión y lo que me trae alegría es saber que en los últimos seis años ha habido un movimiento, que se está organizando la comunidad. Me da alegría ver a mis compañeras, específicamente mujeres trans inmigrantes que vienen desde Centroamérica, de México, de otros países y están alzando sus voces.
Se están encontrando con organizaciones, con apoyo, que tal vez no existían antes. Eso me da alegría, ver la visibilidad de nuevas caras, nuevas voces, nuevas líderes. También el saber que parte de la organización familia TQLM hemos tomado casos muy complicados, donde te retan la narrativa que domina el debate de inmigración, que si tienes todo bien, impecable, que es difícil para un ser humano o que si tienes un récord criminal, no, se te deporta.
Familia ha agarrado esos casos muy complejos y en particular dos. Por ejemplo, el de Cristina y el de Valeria, que tenían un récord, cometieron errores y tuvieron que pagarlo. El luchar por sus casos y que los dos casos fueron ganados, que salieron en libertad y ahora ellas están luchando por sus sueños, por alcanzar sus metas, eso me da alegría y también saber que otros casos de asilo están siendo probados, que los jueces ya están escuchando todos las violaciones de derechos humanos que están pasando.
No nomás en nuestros países de orígenes, también en centros de detención y, por todo ese trabajo, por todo esa abogacía se están ganando casos, estamos viendo más chicas que se les están dando sus asilos. Eso también me da alegría.
¿Qué movimientos estás haciendo para terminar la violencia?
Aparte del trabajo que he estado haciendo, para terminar la violencia específicamente de género y más enfoque en las mujeres trans inmigrantes que están en centros de detención de género no conforme, porque hemos escuchado sus testimonios. Ellas han hablado en frente de oficiales electos a nivel local, hasta a nivel nacional, en frente de Mayorkas durante la administración de Obama en el 2016.
Chicas enfrentaron y les dijeron por medio de sus testimonios el dolor que vivieron en los centros de detención, incluyendo la violencia verbal, violencia física, violencia sexual.
El seguir elevando este tema, el que tenemos la campaña de fin a las detenciones trans. Creo que por esta campaña estamos luchando, porque se nos trate con dignidad, que se nos vea con respeto y sobre todo, una de las claves de esta campaña es terminar con la violencia que vive nuestra comunidad.
Adentro de los centros de detención, hay una violencia sistemática y también una violencia en la sociedad. Los asesinatos de las mujeres trans, específicamente mujeres trans negras, las mujeres trans de color somos las que sufrimos la violencia más fuerte y tristemente está la evidencia de que con los últimos años se ha documentado esta epidemia de violencia que está pasando.
El enfocarnos en la campaña de fin a las detenciones trans, el unirnos en solidaridad con nuestras compañeras trans negras, apoyando en lo que podamos, haciendo demostraciones en las calles, colaborando cuando se pueda. Creo que esa es una de las formas en la cual estamos organizándonos para poner un fin a la violencia.
¿Cómo describirías tus fortalezas de liderazgo?
Creo que una de mis fortalezas es que cada día estoy descubriendo cosas nuevas. Que he tenido mucha paciencia en mi caso personal, de mi estatus migratorio, he tenido mucha paciencia en mi transición como mujer trans inmigrante. Creo que tener paciencia, tener compasión, estas son unas cualidades en la cual me fortalece mi liderazgo y también aprendiendo de mis antepasados, de los que han puesto todo y han luchado en otros tiempos.
Creo que eso es un factor que me ha ayudado y que sigo con una visión de liberación, donde podemos tener una influencia en nuevas generaciones para que sigan con esta puesta de seguir adelante y por un futuro más digno.
¿Qué te ayuda a quedar en este movimiento?
Lo que me ayuda a quedar en este movimiento es el saber que ya no tengo que esconderme de nadie, el saber que ya puedo yo vivir mi vida abiertamente, a tener una estabilidad. Desde que hice mi transición, salí de mi familia, anduve navegando, encontrando mi lugar. Ahora lo he encontrado.
El tener el apoyo de mi familia, el tener el apoyo de mi comunidad, de tener un círculo de amistades que aprecio mucho, donde podemos ser vulnerables, donde podemos contarnos cosas que no son fáciles a veces, de platicar o compartir. Eso, me sostiene, eso me da mucha esperanza.
Saber que tenemos que seguir luchando por lo que deseamos en este mundo. Porque a veces, tengo la dicha de que mi madre está viva todavía, tiene 84 años, ella toda su trauma que vivió, todo lo que ella no pudo sanar en una forma, pero el hecho de que la tenga viva, de que me apoye, creo que es su amor de madre, a sus bendiciones, y todos los valores que ella me inculcó, es lo que me sostiene, es lo que me da fuerza de seguir adelante.
Quiero seguir aprendiendo, quiero seguir viendo qué otras oportunidades hay y cómo colectivamente podemos hacer el cambio que de verdad queremos hacer.